En teoría, darle una pastilla a nuestro gato puede parecer una tarea sencilla, pero nada más lejos de la realidad en ocasiones. Lo cierto es que puede llegar a ser un desafío para muchos dueños de mascotas. Aunque la mayoría de los gatos son propensos a resistirse a la medicación oral, hay algunos consejos útiles que pueden ayudar a facilitar el proceso.
En primer lugar, es importante tener en cuenta que la mayoría de los gatos no disfrutan de la experiencia de tomar una pastilla. Parece una obviedad pero es importante recalcarlo. Esto se debe en parte a que los gatos son animales extremadamente sensibles y reactivos a su entorno, por lo que cualquier cosa que perciban como extraña o potencialmente peligrosa o que se sale de lo común puede desencadenar una respuesta de rechazo.
Por ello, una de las mayores dificultades a la que nos enfrentaremos será la casi segura resistencia de nuestro gato a abrir la boca ya que, en su mayoría, se niegan a abrir la boca o cerrarla firmemente en cuanto sienten el objeto extraño.
Para superar esta dificultad, hay varios métodos que podemos utilizar para administrar la pastilla con éxito. Uno de los métodos más efectivos es envolver al gato en una toalla o una manta suave para evitar que se mueva y se resista. Esto le proporciona un espacio de mayor seguridad y reduce la probabilidad de que el dueño de la mascota resulte lesionado.
Otro método útil es usar un diluyente o una jeringa para administrar la pastilla. Algunos medicamentos se pueden diluir en agua o en un líquido que sea agradable al paladar de nuestro animal.
Una vez que se ha elegido el método de administración, es importante prepararse antes de comenzar a dar la pastilla. Es decir, debemos leer detenidamente las instrucciones y preparar todo lo que se necesitará y debamos tener a mano, incluyendo la pastilla, como por ejemplo agua, una jeringa, una toalla y cualquier otra herramienta que pueda ser necesaria.
Otra recomendación, antes de administrar la pastilla, es hablarle a nuestro gato de manera calmada y reconfortante. Incluso hay quien opta por proporcionar a sus gatos un premio o una golosina después de haber tomado la pastilla para que asocie así el proceso con algo positivo y bien hecho.
Cuando vamos a comenzar con el proceso, es útil colocar la pastilla en la parte posterior de la lengua de nuestro gato para evitar que sea escupida o rechazada. Si el gato aún se resiste a tomar la pastilla, puede ser necesario pedir ayuda a otra persona para sujetar al animal.
Otra opción también es acudir a que nuestro veterinario nos ofrezca algunos consejos útiles y técnicas de administración de medicamentos orales para ayudar a que el proceso sea más fácil y menos estresante, tanto para el animal como para el dueño de la mascota.
En conclusión, dar una pastilla a un gato puede parecer una tarea difícil, pero seguro que con un poco de paciencia, práctica y algunos de los consejos que aquí te planteamos, consigues que termine siendo efectivo y mejor de lo esperado.
