La criptorquidia es una afección que afecta a muchos animales machos. Se produce cuando uno o ambos testículos no descienden desde el abdomen hacia el escroto, donde normalmente se encuentran. En algunos casos, los testículos pueden descender después del nacimiento, pero si no lo hacen, es probable el animal necesite algún tratamiento o intervención para subsanar esta situación.
La criptorquidia puede ser una afección hereditaria, lo que significa que se transmite de generación en generación. También puede ser causada por una falta de hormonas, una malformación en el tracto reproductivo o un problema en el desarrollo fetal. En algunos casos, los testículos pueden quedar atrapados en la ingle o en el canal inguinal, lo que provoca que no puedan descender normalmente.
En los animales, la criptorquidia puede afectar a la fertilidad y a la capacidad para producir espermatozoides, lo que representa un problema en la reproducción. Además, también aumenta el riesgo de que nuestro animal desarrolle un posible cáncer testicular y torsión testicular, como ejemplos claros de emergencia médica.
Lo cierto es que los signos de criptorquidia en animales pueden ser a veces difíciles de detectar, especialmente si sólo uno de los testículos está afectado. Algunos signos son la ausencia de un testículo en el escroto, un escroto más pequeño de lo normal o la presencia de un bulto en la ingle. Si sospechas que tu mascota presenta algunos de estos síntomas es importante la atención médica inmediata.
El tratamiento más común para la criptorquidia en animales es la castración, la eliminación de los testículos. Se realiza bajo anestesia general y se puede realizar en la mayoría de los animales machos sin mayores problemas. Una vez que se elimina el testículo no descendido, el animal no podrá reproducirse, pero sí podrá seguir manteniendo un comportamiento sexual normal.
Sin embargo, hay casos en los que se puede optar por realizar una cirugía que consiste en mover los testículos no descendidos hacia el escroto. Esta cirugía, conocida como orquidopexia, se realiza bajo anestesia general y requiere una incisión en el abdomen. Una vez que se encuentran los testículos, se colocan en el escroto y se fijan allí con suturas. La orquidopexia es un tratamiento efectivo en muchos casos, pero puede ser costosa y requiere una prolongada y no del todo fácil recuperación.
Otro tratamiento menos invasivo es la terapia hormonal, que implica el uso de hormonas para estimular el descenso de los testículos no descendidos hacia el escroto. Esta terapia puede ser efectiva en algunos casos, pero también puede llevarnos tiempo y no siempre funciona.
Otra posible variante es utilizar la tracción testicular, que consiste en aplicar una tracción suave y constante a los testículos no descendidos utilizando una férula especial. Esta técnica puede ayudar a mover los testículos hacia el escroto y generalmente suele ser efectiva en la mayoría de los casos.
También es importante tener en cuenta que algunos estados y países tienen leyes que requieren que los animales con criptorquidia sean castrados, precisamente por lo ya comentado del riesgo que conlleva a la hora de padecer problemas graves y potencialmente mortales para nuestro animal, como cáncer testicular y torsión testicular.
En general, el tratamiento para la criptorquidia en animales depende de varios factores, incluyendo la edad del animal, la salud general y el grado de afectación de los testículos. La castración es el tratamiento más común y efectivo, pero otras opciones, como la orquidopexia y la terapia hormonal, también pueden ser efectivas en algunos casos.
Y fundamental. Si sospechas que tu mascota puede tener criptorquidia, busca atención médica inmediata para garantizar el mejor resultado posible y reducir el riesgo de problemas de salud a largo plazo.
