Una de las enfermedades más comunes en los gatos, en este caso dermatológica, es la tiña o dermatofitosis. Se trata de una patología cutánea muy contagiosa que además es una zoonosis, es decir, puede transmitirse a las personas. Para evitar el avance de la enfermedad en el gato, así como un posible contagio a otros animales y a las personas que convivan con él será importante que, al detectar los primeros síntomas, llevemos a nuestro gato al veterinario para que pueda realizar un diagnóstico precoz de la enfermedad, lo que permitirá establecer el tratamiento adecuado cuanto antes, evitando así el desarrollo de la enfermedad y un posible contagio.
Cómo se ve la tiña en un gato
Los signos pueden ser muy distintos y variables en función del animal, desde en algunos casos podemos observar lesiones cutáneas severas desde un inicio, mientras que en otros gatos veremos lesiones de muy pequeño tamaño. Normalmente, los síntomas que nos pondrán en alerta aparecen a partir de la segunda semana de la infección.
La presencia de zonas sin pelo en diferentes partes del cuerpo de nuestro gato será el signo más identificativo de esta patología. Otros síntomas también relacionados pueden ser el constante picor, manifestándose en que nuestro gato se rasca o lame de manera permanente por todo su cuerpo; un olor distinto y peculiar en nuestra mascota; posible aparición de heridas con costras y piel descamada; pequeños nodos que pueden aparecer en el cuero cabelludo o incluso las uñas rotas o partidas (onicomicosis).
Causa más frecuente de tiña en gatos
Está causada por un hongo que crece en las capas superficiales de la piel, pelo y uñas. En 9 de cada 10 casos, este hongo, que suele ser una de las especies de dermatofitos llamada Microsporum canis, infecta a nuestro gato y se alimenta de la queratina.
Los motivos de la aparición de la tiña son diversos, aunque se relaciona en la mayoría de los casos con la pobre o mala nutrición, falta de higiene o animales inmunodeprimidos.
Otros factores que también influyen para su aparición, aunque de menor relevancia que las anteriores, con situaciones de estrés, defensas bajas en nuestro animal, enfermedades parasitarias previas que provoquen la aparición de heridas, o condiciones poco apropiadas en su entorno habitual.
De esta forma, la gravedad o consecuencias de la infección dependerán también del tiempo que lleve actuando la enfermedad y las condiciones previas del animal.
Cómo quitar la tiña en gato
Lo más importante es acudir, lo más pronto posible, a nuestro veterinario para evitar la rápida propagación de la infección y el posible contagio a otros animales y personas.
Las pruebas que se realicen tendrán que ver con el análisis del estado del animal para asegurar que no exista ningún otro proceso sistémico que pueda debilitar el sistema inmunitario del gato.
Si la prueba resulta positiva, y tenemos otros animales en casa, deberán también ser examinados, aunque no presenten síntoma alguno.
El tratamiento dura varias semanas y es importante llevarlo a cabo hasta el final, para garantizar el proceso de curación y la erradicación del patógeno. Son varios los pasos a seguir, entre los que se encuentran un tratamiento tópico a aplicar sobre el cuerpo de nuestra mascota, un tratamiento oral y la descontaminación de los objetos cercanos y del ambiente, entre otros.
Además, el tratamiento deberá ser seguido hasta que el cultivo sea negativo, ya que, si la tiña no se ha eliminado definitivamente, puede volver a aparecer pasado un tiempo, es una enfermedad con alta tendencia a recidivar.
